lunes, 7 de febrero de 2011

Fisiología del Estress

Muchos de los efectos más importantes del cortisol se dan sobre el metabolismo orgánico. El cortisol (1) estimula el catabolismo proteico, (2) estimula la captación de aminoáci­dos por parte del hígado, y su conversión en la glucosa (gloconeogenesis), (3) permite la esiimulación de la‑glucóneogé­nesis por parte de otras hormonas (glucagón, hormona del crecimiento, etc.), y (4) inhibe la captación de glucosa y la oxidación por parte de muchas células del cuerpo ("antago­nismo insulínico") pero no por parte del cerebro. Son sin duda tan sorprendentes estos efectos que al cortisol se lo califica con frecuencia de glucocorticoide para distinguirlo del otro esteroide suprarrenal principal, la aldosterona, denominada mineralcorticoide porque sus principales efectos se dan sobre el metabolismo del sodio y el potasio.

Estos efectos resultan idealmente adecuados para afron­tar una situación de tensión. Primero, un animal enfrentado a una amenaza potencial se ve generalmente forzado a pres­cindir del alimento, y estos cambios metabólicos son esencia­les para sobrevivir durante el ayuno ‑un animal adrenalecto­mizado muere sin duda rápidamente de hipoglicemina y mal funcionamiento cerebral, desarrollados durante el ayuno. Se­gundo, los aminoácidos liberados por el catabolismo de los depósitos proteicos del cuerpo no sólo suministran energía, mediante la gluconeogénesis, sino también constituyen una fuente potencial de aminoácidos para la reparación de los tejidos en caso de presentarse alguna lesión.

He aquí unas cuantas de las implicaciones que, siendo importantes desde el punto de vista médico, pueden encon­trarse en estos efectos metabólicos asociados con la tensión: (1) cualquier paciente que se halle enfermo o sujeto a una intervención quirúrgica cataboliza cantidades considerables de proteína corporal; (2) cuando un diabético llega a infec­tarse requiere una cantidad de insulina muy superior a la ordinaria; (3) un niño sujeto a un grado alto de tensión de cualquier clase presenta retraso en su crecimiento. Las expli­caciones de estos fenómenos deben ser evidentes.

El cortisol tiene efectos importantes que difieren de los que produce en el metabolismo orgánico. Uno de los más importantes es el de ampliar la reactividad vascular. En caso de tensión aun moderada, un paciente aquejado de escasez de cortisol puede entrar en "shock" y hasta morir si no se lo trata a tiempo. Esto se debe ante todo a una gran disminución de la resistencia periférica total. Por razones desconocidas, la tensión induce dilatación arteriolar generalizada, a pesar de la descarga masiva del sistema nervioso simpático, a menos que se hallen presentes grandes cantidades de cortisol. Gran parte de su efecto contrarrestante puede atribuirse al hecho de que las cantidades reducidas de cortisol le permiten a la norepinefrina inducir la vasoconstricción, pero esto no puede ser sino parte del asunto, dado que para impedir en forma total la hipotensión inducida por la tensión se requieren cantidades de cortisol considerablemente mayores. En otros términos, la respuesta cardiovascular normal a la tensión requiere au­mento de secreción de cortisol, y no bastan las cantidades apenas permisivas.

Hasta aquí hemos presentado el valor de adaptación del aumento de cortisol inducido por la tensión principalmente en lo que se refiere al papel que desempeña en la preparación física del cuerpo para la lucha y la fuga, y no se duda de la importancia del cortisol en este campo. En los últimos años se ha hecho evidente, sin embargo, que el cortisol puede de­sempeñar otras funciones importantes. La Tabla 15‑5 es una lista parcial de la gran variedad de situaciones psicosociales de las cuales se ha demostrado que se asocian con el au­mento de la secreción de cortisol. Los denominadores comu­nes de muchos de ellos son la novedad y el reto. Son de gran interés, por lo tanto, los experimentos recientes según los cuales el cortisol aumenta el aprendizaje en los animales experimentales, probablemente mediante acciones directas ejercidas en el cerebro. Es pues posible que el aumento producido en la secreción de cortisol bajo la inducción de la tensión psicosocial ayude a adaptarse a la tensión al facilitar el aprendizaje de respuestas apropiadas.

TABLA 15‑5

Situaciones psicosociales de las cuales se ha demostrado

que se asocian con aumento de concentración plasmática o

excreción urinaria de esteroides de la corteza suprarrenal

Animales de experimentación

1     Cualquier "primera experiencia" caracterizada por novedad, incertidumbre, o impredecibilidad.

2     Respuestas emocionales condicionadas; anticipación de algo ya experimentado como   desagradable.

3     Implicación en situaciones en que el animal debe ejecutar una tarea

    difícil a fin de evitar o prevenir estímulos aversivos. El animal realmente

    debe estar "incómodo".

4    Situaciones en que se cambian súbitamente reglas establecidas de tal

    manera que la conducta previa no vuelve a ser efectiva para el logro de

    una meta.

5   Animales socialmente subordinados. (Los animales dominantes tienen

    disminución de cortisol. )

6   Hacinamiento (aumento de interacciones sociales).

7   Lucha o simple observación de otros animales que pelean.

Seres humanos

1    Personas normales

    a Situaciones agudas

1     Vuelo aéreo

2    Expectativa de una operación quirúrgica

3    Exámenes finales (estudiantes de "college")

4    Situaciones novedosas

5    Competencias atléticas

6    Anticipación a la exposición al frío

7    Disminuidas durante los fines de semana

8 Muchas experiencias en el trabajo

b Situaciones crónicas

1      Perfil predecible de personalidad‑conducta: agresiva,

    ambiciosa, afanada

2 Discrepancia entre niveles de aspiración y logros

c Técnicas experimentales
 
1      Entrevista "tensionante" o "avergozante"

2 Muchas películas cinematográficas

II Pacientes psiquiátricos

    a Ansiedad aguda

    b Depresión, pero solamente cuando la persona es consciente y se halla en conflicto

    c Disminuida en el estado maníaco

Efectos farmacológicos del cortisol y enfermedad

Hay varias situaciones en que los niveles de los corticosteroides suprarrenales llegan a elevarse en forma anormal en los seres humanos. Un ejemplo de tal situación lo constituyen los pacientes de glándulas suprarrenales excesivamente hipe­ractivas (siendo varias las causas de esta enfermedad), pero la ocurrencia común es la de la administración de esteroides con fines médicos. Cuando el cortisol se halla en concentración muy alta se amplían los efectos sobre el metabolismo orgánico ya descritos, pero además pueden aparecer uno o más efectos nuevos, conocidos conjuntamente como efectos farmacológicos del cortisolEl más evidente es una reducción profunda de la respuesta inflamatoria a la lesión o infección (la razón principal de administrarles cortisol a los pacientes es, sin duda alguna, la necesidad de reducir la respuesta inflama­toria en la alergia, artritis, u otras enfermedades). Las canti­dades grandes de cortisol inhiben casi cada paso de la infla­mación (vasodilatación, aumento de permeabilidad vascular, fagocitosis) y pueden disminuir asimismo la producción de anticuerpos. Como podría esperarse, esto disminuye la capa­cidad de la persona para resistir a las infecciones. Además, las grandes cantidades de cortisol pueden acelerar el desarro­llo de la hipertensión, arte rosclerosis, y úlceras gástricas, y pueden interferir los ciclos menstruales normales.

Como se indicó antes, se sabe que estos efectos farmaco­lógicos son provocados cuando se elevan exageradamente los niveles de cortisol. Sin embargo, una inquietud de gran importancia que no se ha resuelto aún, se relaciona con la posibilidad de que los aumentos inferiores y duraderos de cortisol produzcan el mismo efecto, aunque en forma más lenta y menos perceptible. Dicho en otros términos, ¿contri­buyen las tensiones psicosociales, el ruido, etc., de la vida cotidiana a la producción de enfermedades a través del au­mento de cortisol?

Funciones del sistema nervioso simpático en el stress

Una lista de los efectos principales del aumento de actividad simpática general constituye casi una guía para afrontar las emergencias. Dado que todas estas acciones se han expli­cado en otras secciones de este libro, las enumeramos a continuación con poco o ningún comentario:

1      Aumento de glicogenólisis hepática y muscular (suministra una fuente expedita de glucosa)

2  Aumento de degradación del triglicérido del tejido adiposo (proporciona un suministro de   glicerol para la gluconeogéne­sis, y de ácidos grasos para la oxidación)

3      Aumento de activación y alerta del sistema nervioso central

4      Aumento de la contractilidad del músculo esquelético y dismi­

      nución de la fatiga

5    Aumento del débito cardíaco a raíz del incremento producido en la contractilidad y frecuencia cardíacas como también en el retorno venoso (constricción venosa)   

6    Desviación de la sangre de las vísceras a los músculos esque­léticos mediante la vasoconstricción producida en los lechos de aquéllas y la vasodilatación producida en éstos

7   Aumento de ventilación

8   Aumento de coagulabilidad de la sangre

Es obvio el valor de adaptación de estas respuestas en una situación de lucha y fuga. Pero, ¿qué objeto tienen en las tensiones psicosociales tan comunes en la vida moderna, donde no resultan apropiadas ni la lucha ni la fuga? En cuanto al cortisol, está por resolverse aún la inquietud relacionada con la posibilidad de que algunos de estos efectos amplíen, al prolongarse, el desarrollo de ciertas enfermedades, particu­larmente de la arteriosclerosis y la hipertensión. Podría imagi­narse fácilmente, por ejemplo, que el aumento de concentra­ción sanguínea de grasas y el trabajo cardíaco contribuyeron a la primera de dichas enfermedades. Hay mucha labor por realizar a fin de evaluar tales posibilidades.

Otras hormonas liberadas durante el stress

Otras hormonas de liberación bien definida durante muchos tipos de tensión son la aldosterona, la hormona antidiurética, y la hormona del crecimiento. Los aumentos de ADH y aldos­terona aseguran la retención de sodio y agua dentro del cuerpo, adaptación que es importante frente a las pérdidas potenciales debidas a la hemorragia y al sudor. La hormona del crecimiento refuerza los efectos de antagonismo insulí­nico del cortisol y los efectos de movilización de grasas de la epinefrina. Más aún, estimula probablemente la captación de aminoácidos por parte de un tejido lesionado, y facilita así la reparación de los tejidos si fuere del caso; pero dado que no puede contrarrestar los efectos catabólicos proteicos genera­lizados respecto del aumento de cortisol, no se dificulta la gluconeogénesis.

Finalmente, la evidencia reciente indica que esta lista de hormonas, cuyas tasas de secreción son alteradas por la tensión, no está completa de manera alguna. Es probable que la tensión influya en la secreción de casi cualquier hormona conocida. Aumentan a menudo, por ejemplo, la prolactina, la tiroxina, y el glucagón, mientras disminuyen las gonadotropi­nas hipofisiarias (HL y HEF), la insulina, y los esteroides sexuales (testosterona o estrógeno). No está claro el valor de adaptación de muchos de estos cambios pero puede ser importante su eventual contribución a los procesos de enfer­medad inducida por la tensión
 
GERARDO A. ROMERO LUNA
C.I:17.207.444
ELECTRONICA DEL ESTADO SÓLIDO.
II PARCIAL

 

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